Lo que sigue a continuación me parece un interesante análisis sobre qué parte de la facturación de una empresa termina en las arcas de la Administración, entendiendo por ésta a la Administración Central (incluyendo la Seguridad Social y Hacienda), la de las CCAA y la local. No es un listado exhaustivo, así que seguro que podéis añadir más impuestos y tasas que nos solicitan nuestras queridas administraciones.
Partamos del supuesto en que hemos arrancado una pequeña empresa que ya factura 120.000 euros al año con dos empleados. Por simplicidad supongamos que el empresario no tiene sueldo y que no paga ni impuestos ni Seguridad Social (para no liarnos con el autónomo). Si no usamos esa hipótesis, aún saldrá más dinero para el Estado. También supondremos que cada empleado cobra un sueldo bruto de 24.000 euros.
¿Qué parte de esos 120.000 euros que hemos facturado terminará en las arcas de la Administración?Para empezar, el 16% de esa facturación hay que ingresarlo en concepto de IVA. Cierto que como en las compras hemos ido pagando IVA, sólo tenemos que ingresar el saldo resultante, pero al fin y al cabo la cantidad es la misma. El 16% va para Hacienda. Eso son 19.200 euros. Se puede argumentar que esto lo paga el consumidor, pero en realidad todo lo paga el consumidor. Estamos analizando qué parte va para el Estado.
Con lo que nos queda tenemos que empezar a pagar cosas. Le pagamos a nuestros empleados, pero la Seguridad Social quiere que la empresa contribuya al Sistema. Nada menos que con el 32% del sueldo bruto de los trabajadores. 15.360 euros por los dos.
De lo que le hemos pagado a los trabajadores, la Seguridad Social también quiere una parte, que sigue saliendo de lo que hemos facturado aunque lo esté pagando el trabajador. En concreto quiere un 6,4% de cada uno, lo que suma 3.072 euros. Y ahora viene Hacienda que también quiere una parte de lo que cobran los trabajadores. Grosso modo un 18% , que son 8.640 euros que también provienen de lo que factura la empresa aunque lo pague el trabajador. Supongamos que los trabajadores no se gastan su dinero, pero si lo hacen, tendrán que pagar IVA.
Ahora tenemos que pagar impuestos locales. Afortunadamente aún no pagamos IEA porque no facturamos suficiente, pero pagamos impuestos por los vehículos, bienes inmuebles, etc. Eso va para la administración local, que también es administración al fin y al cabo.
Supongamos que después de pagar costes, a la empresa le queda un beneficio de 20.000 euros. Pues si no recuerdo mal, para esta facturación Hacienda quiere el 30% en concepto de Impuesto de Sociedades. Eso son 6.000 euros.
En definitiva, si sumáis todas las cantidades, casi la mitad de la facturación termina en las arcas de las administraciones públicas.
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